Hombre de radio, Pierre Elie Mamou es el autor de Radio radía (El Estado Mental), Música de Nadie, Recompositores, resonancias & ricercare, La catedral vegetal, El siglo de Diaghilev (Radio clásica) etc. Entre sus últimos textos: Erase la música (50 cdlibros para público joven, CDL, Hachette, Reader’s Digest), La música paso a paso (50 cdlibros, Aguilar Argentina), Si te olvido (SalonKritik), Playas de Kamel (Campo de relámpagos), Malaspina o La búsqueda de la felicidad (libreto para la ópera epónima de José Luis Greco), Mar de nadie (libreto para la ópera epónima de Ramón Paus)
AZUL /FÁTIMA 1 de 2
4º edición de MonArt dedicada al centenario de Rubén Darío
y este texto dedicado a Rafael Gómez Montero,
colega en el tiempo radiofónico
… los poemas acaso como la música
nos permiten vivir
allá donde nuestra vida verdadera nuestra vida tímida no existe
nos permiten alcanzar mediante atajos febriles un
allá donde no estuvimos
no iremos
nos permiten penetrar por efracción en
una vida sin recuerdos reales sin sus cicatrices
allá donde empiezan o acaban los sueños
… quienes leemos poemas
oyentes de sus músicas más allá de las palabras
músicas que los poemas exhalan
sorprendiendo incluso a sus poetas
… quienes, pues, leemos poemas
nosotras, nosotros,
tenemos a veces el sentimiento de pertenecer a un mundo
no verdadero o
a un mundo que no existe
no real y nos basta
durante las noches de poemas y música
… acaso un mundo al revés en el que una adolescente
a la búsqueda de su tierra prometida
piensa encontrarla en la anciana que ve en el espejo
(o fuese al revés
un mundo donde se mezclan olvidos y utopías)
y son dos, la mujer mayor y la adolescente
o son la misma
y nuestra mente de lectores de poemas y amantes de la música
se habitúa perfectamente
a la frecuentación de estas dos
o de esta misma
de esta misma que se encuentra con su reflejo
en el fondo del bar de la juventud devorada por la noche
… ambas sonríen
la frente sobre las páginas
el pelo acariciando o barriendo
gramáticas y armonías
ella la poesía, y ella la música, delincuentes ambas
llámense Safo Thelma y Louise Bloody Mary
Flor de fango o Marina en sombras
… comparten numerosas noches blancas
con seres llenos de duda y encanto
ella la poesía y
ella la música
chivas expiatorias mujeres ajenas acaso fatales y
nosotras, nosotros,
las oímos
en los patios a la hora de la siesta
en los patíbulos de sol a sol
en el plomo y la pana de la noche
las oímos y
las escuchamos
gemir.
(… confundo a veces sus voces
en la lluvia)
… y esta aventura sin fin se sitúa
allá donde poesía y música consuman su acoplamiento
en las voces cantadas y leídas
–pienso estar hablando– de Fátima Miranda de
las voces de Fátima
y sus
lenguas desliadas
ora confidenciales ora
quiméricas
nerviosas rabiosas incluso
las varias voces de Fátima
que se persiguen
y se percuten, de la punta al tacón,
zapateando hasta la euforia, la suya y la nuestra.
AZUL / VILLENA
… para mi generación, de cultura francesa,
la de la posguerra,
los poetas vivían en otra dimensión,
la de los libros de clase,
vivían, o sobrevivían como el primer poeta
que hubiera podido ser coetáneo nuestro,
Lorca, al que leíamos traducido.
La primera noticia de un poeta vivo, visible,
el primer encuentro con,
fue en ocasión de una gira de Evtuchenko.
Teníamos 15 años y este recital parisino
bastó para abrir las puertas de la cronología
que reglaba el mundo de los poetas, vivos y no: vivían o revivían
Baudelaire y Jean Genet, Eluard y Aragon, Rimbaud y Cocteau
en las músicas clásicas y populares,
de Poulenc, Milhaud, Ravel, Leo Ferré, Jean Ferrat, Juliette Greco, Gainsbourg, Brassens…
los oíamos en directo, en la radio, incluso los vemos en persona
como esta noche o en festivales Voix Vives en las plazas, las calles, los parques de varias ciudades de países mediterráneos, España incluida…
Siguieron las revistas especializadas y sobre todo las colecciones
de poesía en libros de bolsillo, que es la verdadera consagración
en Francia (y que solo los ministros franceses de cultura ignoran
por causa de analfabetismo galopante)
Hoy, Facebook, tan denigrado, nos permite no solo contactar
con un poeta sino abordarlo oblicuamente (pienso en Kamel Daoud
o en Salem Ben Ammar que arriesgan la vida con sus crónicas diarias)
*
Al leer los poemas de un adolescente lírico llamado Fernando de Villena, reacio a creer que la vida es un callejón sin salida, uno puede sorprenderse, maravillarse frente a la serenidad paradisiaca que emana de sus poemas, maravillarse tanto que el mismísimo poeta se adelanta diciendo « ¿quién de vosotros me creería? » en Ella
« Mas si os hablase de ella,
que une en su interior
la arrogancia y la dulzura del viento,
la belleza indefinible de las mariposas,
la firmeza de las antiguas piedras
y la emoción de todos los otoños
y de las primaveras todas…
¿quién de vosotros me creería? »
o cuando el poeta comparte su asombro al pasar la frontera
franco-italiana en Ventimiglia
« El cielo de esta tierra te sugiere
[…]
una sábana añil
tendida por los ángeles. »
incluso cuando asoma, la melancolía
viene enseguida contradicha por una indefectible vitalidad
« quiméricos sueños aquí me han traído.
Sin miedo pongamos el pie en el andén. »
Poema inolvidable: Estampa de los años cincuenta donde el poeta ve
« la lluvia a través de los cristales
de un café de provincias en domingo:
los burgueses felices en su limbo
van y vienen por entre soportales;
las muchachas, distintas pero iguales,
que sin rumbo pasean en corimbo… »
tanta inefable armonía acaba por inquietar al lector que finalmente se introduce en el Facebook del poeta y ahí descubre unas pesadillas peores que el mundo de Lovecraft o de James Purdy
espantosa, real u onírica irrealidad que poco a poco impregna la obra de Villena
desde Adiós
« En días soleados
las fieles estaciones al paso por los chopos
–ya verdes, ya dorados, ya desnudos–
silentes nos decían la vida se nos iba. »
hasta Último Autorretrato
« Mirad en mí el camino del sueño a la consciencia:
una ascendente senda que empieza con las rosas
y encuentra las espinas y acaba en el dolor. »
AZUL/ LUPIAÑEZ
… instruirse e instruirnos
podría ser el lema que acompaña la obra de Lupiáñez
sobre todo, creo, en sus poemas viajeros
donde no existe ni por asomo aquél exotismo calumniado
hoy día
acusado de complicidad con el colonialismo
confundido con el racismo
sino el exotismo cuya llama y llamada muchos y muchas
sienten o sintieron en la niñez y siguen sintiendo en la reniñez
la llamada del otro que nos abre los brazos
nuestra llamada al otro al que abrimos los brazos
… una poesía donde impera el realismo
que sería pues parte de la realidad
como lo es una ciudad, o el mar
… realidad que perdura
en el encadenamiento más o menos rápido
de croquis o crónicas
de descripciones de emociones y fascinaciones
… y zarpan las naves de Lupiáñez y su alegría de vivir,
pues de ella acaso se trata,
rumbo a la belleza azul del Mar de Mármara
–bellas la mar y las asonancias–
belleza azul que no ciega al poeta
que no enmascara el horror por doquier
que no calla,
entre resacas de raki desde El Cairo a Calcuta,
el nombre de las caóticas cárceles de consonantes
–Mezquita Burka Ankara o Cankiri–
donde diera con sus huesos Nazim Hikmet y otros tantos
… Explora Lupiáñez la miseria, la de los seres medio muertos
de Venecia a Bom Bahía hasta las orillas del Vaigai que baña Madurai
ciudades del paraíso y del infierno.
ciudades podridas bajo el monzón
« en las que se estremecen los niños,
y gritan por las esquinas las madres confundidas »
… explora lo que toca la historia del mundo, la nuestra
viajando por las calles y las arrugas de la memoria
… lo atestigua, en los poemas de Lupiáñez,
« la pupila de los hambrientos »
– ¡y sus retinas miran con hambre! –
entre espejismos de coriandros cominos y cardamomos
de Candolim a Calangute
… poemas, los de Lupiáñez, que no intentan encantar el mundo,
ni desencantarlo
AZUL / FÁTIMA 2 de 2
… sin prescindir completamente de la forma
algunas composiciones
–poema o música–
no anuncian su vocabulario su sintaxis
no exponen su método sus intenciones
son una sucesión de intuiciones o una intuición
derivando entre opacidades
entrecortadas por eflorescencias e incandescencias
… lanzando dados desacordados,
buscando armonías en las disonancias en las resonancias
animando el canto o refrenándolo
Fátima, en su naturaleza salvaje,
ha conservado aquella malizia corrosiva de Colombina
que siglo tras siglo sigue frecuentando los teatros
… prolongando el estallido de tantas sonrisas en las brumas, las inflexiones del viento en el follaje, el recuerdo del sonido del agua envolviendo su Ballena azul o la sensación persistente de una caricia siempre inacabada
–entremezclando languor & ardor–
Fátima desgarra con gestos nuevos este tejido usado alrededor de las salas de concierto para liberar unas notas que son fiestas.
AZUL/ MUÑOZ QUIRÓS
Alfarero Muñoz Quirós se hunde con un placer evidente
en la masa barrosa de palabras que gira y gira y toma mil formas posibles,
y vemos la masa de arcilla untuosa obedecer al movimiento mágico
que la convierte en esfera, en domo, antes de afinarla, entallarla y elevarla como un cuello que agarran o miman las manos húmedas
del poeta alfarero
materia en movimiento vertical, vertiginoso
… en el poema Fusión, el poeta escribe
« Fundámonos como esa agua
que navega hacia el barro »
poeta alfarero, desecha las fases definitivas de ‘Secado y Pulido’ para dedicarse a la ‘Composición’ o modelado manual
cuando el agua es utilizada constantemente
para mantener la plasticidad de las piezas grávidas de promesas
como si existiera al lado del tiempo que pasa
el de la obra terminada ‘secada y pulida y pintada’
un tiempo que se quedara
el de la obra constantemente en devenir
el tiempo en el que las flores secas recuperan su aroma al amanecer
o el aroma que el poeta respira en Trigo errante:
« el olor a tierra
que
vuelve
[…].
Viene hasta mí, se esconde en mí,
se adentra en mí »
coexistencia de dos estados de la obra o de dos tiempos
o acaso también lo que el poeta llama la voz del retorno,
« El retorno, su secreta voz en el fondo del ser, trae consigo la posibilidad de reescribir la memoria »
como si el pasado, para el poeta, no fuera algo que desaparece
sino algo que le pertenece
(en el poema Secreto:
« Tan sólo me hago brisa
en ti, y renazco y me alejo,
y reconstruyo el mundo »)
… y en Amanecida:
« como un cuerpo que fluye
en la densa soledad de las manos »
manos
como si escribir fuera sin pluma sin teclado sin papel
únicamente con las manos moldeando amasando aliñando
palabras frases ideas
manos
dan título a un poema
« manos inocentes cuando nos acarician »
« manos que rozan »
« manos trozos del deseo »
Manos « Emanación de una caricia »
La poesía es aquí, en esta obra, un gesto físico constante
transición
un deseo de compartir el deseo
transmisión
como si Muñoz Quirós escribiese para amar
AZUL/ OLVIDO GARCÍA VALDÉS
« entre casas en ruinas y olor acre,
donde no hay timbres ni nombres »
A la pregunta « ¿Qué prefiere, contar o cantar? »
Olvido García Valdés contestó « No, cantar, no »
y en otro texto, comenta
« Me gusta mucho admirar, y valorar, y contar lo que uno admira
y valora »
… y Olvido García Valdés lo hace
desde sus primeros poemas
con una lengua despellejada viva
« somos culpables
de quien muere, y también
de vivir. Barrios
se hacen poblados peligrosos
por la noche, hay humaredas,
rostros cetrinos junto a fuegos. »
… expresar lo que uno admira y valora
con palabra cotidianas
« Me siento
en un café, observo los rostros
de otras mujeres, »
o
« el taxista le dijo: discúlpeme,
la ciudad es muy grande, sólo
manejo por las orillas. »
… palabras cotidianas que parecen haber estado siempre allí
siempre aquí
… palabras y su ritmo y su misterio
que adquieren con Olvido García Valdés una suerte de legitimación o
puede que sea este lector que está hablando quien encuentra alguna legitimación de sí en el mundo
… música cambiante o imprevista
cierta franqueza del lenguaje hablado
su libertad sus estallidos
referencias a lo que llaman fraseo natural de la lengua…
coexisten en la organización del poema escrito
(y esconden tanto el arte que los elabora que podría decir
–asumiendo la paradoja– que Olvido inventa este lenguaje cotidiano)
… y valorar, y expresar lo que uno admira
en un tempo lento
en « el silencio de una bestia que piensa » dice Juan Gelman
tempo lento e íntimo tan íntimo
que la lectura roza la indiscreción
« … untábamos
de mantequilla las galletas, café
con leche en la cocina… »
y no puedo no pensar
en Schubert en la anotación que acompaña uno de sus más bellos lieder
un lied que huele a siesta interrumpida
‘compuesto mientras Michael [Vogl] preparaba el chocolate’
… indiscreción del lector invitado y no del todo invitado a un diálogo que parece haber empezado antes de la lectura, antes de la primera palabra,
…. como si el lector llegara tarde a la cita, y la primera frase está ya empezada
… y tras el último verso, impresión similar, el poema parece seguir sin él, parece seguir sin mí.
*
Pierre Élie Mamou, Málaga septiembre de 2016